Esta última época constituye definitivamente, el periodo de consolidación y madurez. El primer número, aunque mantendría la misma portada que los anteriores (con la reproducción del óleo donado por N.H. Manuel Burgos), fue ya toda una declaración de intenciones.
Inicialmente, se creó una Comisión especial encargada de la elaboración del Boletín, que decidió dar un cambio radical en su imagen y contenido, y que ya se puso de manifiesto, en el Boletín Especial del XXV Aniversario de la hechura del Cristo de la Sangre. Más adelante la responsabilidad del mismo recayó sobre una sola persona, el Director.
La portada cambió de forma radical, adoptándose a los nuevos gustos imperantes: al principio, con una foto en color, centrada y enmarcada, junto al Escudo de la Hermandad y la leyenda de SAN BENITO, para más adelante, ocupar la foto la totalidad de la misma.
Aumentó generosamente el número de páginas, que se fueron cubriendo con información de prácticamente todas las Diputaciones (desde la Secretaría, Formación, Cultos, Juventud…); la participación se potenció notablemente. A las secciones de anteriores épocas, se iban añadiendo otras nuevas con una magnifica aceptación por parte de los hermanos con las que cubrir tanto la parte informativa más inmediata, como incidir en los aspectos formativos y el conocimiento de la historia y patrimonio de la hermandad. Y se dio paso también a pinceladas culturales, que trascendían el ámbito de la propia Hermandad. Todo ello, regado con un gran despliegue gráfico a todo color, y con fotografías de altísima calidad.
Aun cuando conservaron la numeración ordinaria, se han editado cuatro números especiales monográficos: el dedicado al Stmo. Cristo de la Sangre (nº 2) con motivo del XXV aniversario de su hechura; al Señor de la Presentación por su participación en la Exposición “Esplendores de Sevilla” (nº 8) y por el LXXV aniversario de su hechura (nº 43); y a la Stma. Virgen de la Encarnación por su Coronación Canónica (nº 15) y por la celebración de los 2000 años de la Encarnación del Verbo (nº 35), donde participaron entre otros, firmas de reconocido prestigio dentro del ámbito de la Historia y del Arte.
El Boletín se había convertido en todo un referente para los hermanos, que esperaban con entusiasmo, cada trimestre, la publicación de un nuevo número. Pero no sólo tomó relevancia en la Hermandad, también cobró mucha notoriedad en el ámbito de las publicaciones de la Sevilla cofrade.