Carlos Morán

El niño que nació el 25 de febrero del año 1944 en la calle Oriente número 41, a escasos metros de la iglesia, estaba destinado a pasar a la historia de la Hermandad de San Benito y a figurar en la orla doctoral de los capataces sevillanos. A las personas se recuerdan por sus hechos, a Carlos Morán Fernández también se hará por sus dichos.

Su característica principal fue la responsabilidad, la confianza en sus propios criterios que defendía con sólidos argumentos convencionales. Axiomatizó sus obligaciones laborales y sus misiones cofrades. En ambos menesteres se ganó la confianza de sus superiores, aplicando en cada situación la experiencia de sus conocimientos prácticos.

1972 Reparando el dedo del Cristo de la Sangre

Su historial cofrade en San Benito se caracterizó por una actitud de servicio en los cargos nominados. Ejerció como Prioste 2º en la Junta de Gobierno presidida don Manuel Ponce Jiménez durante los años 1970 a 1976. De Prioste 1º desde 1976 a 1982 con don José María Suárez San Miguel y como Mayordomo 2º con el mismo Hermano Mayor en el periodo 1982 a 1985. Fue elegido como Hermano Mayor de la Hermandad de Nuestra Señora de Valvanera el año 2011 siendo el primer varón en ocupar dicho cargo.

Dos fechas permanecen en la historia secular de las cuadrillas de costaleros. El 14 de mayo de 1972 el paso de la Virgen de las Aguas del templo del Divino Salvador procesionó llevada por primera vez por una cuadrilla de jóvenes cofrades al mando de Luis León Vázquez. El Martes Santo, 17 de abril de 1973 treinta y seis jóvenes estudiantes portaron bajo las trabajaderas, también por vez primera, el paso del Cristo de la Buena Muerte desde la capilla universitaria dirigidos por el capataz Salvador Dorado “El penitente”. Aquello significó una catarsis, una liberación emocional y sentimental de los hermanos cofrades tras cinco siglos de profesionalidad.

Aquellos vientos se propagaron impregnando de deseos e ilusiones a los jóvenes de la Calzada. Un martes de octubre de 1976 reunidos en la taberna del “Kiki”, a unos pasos de la sede, se interesaron por formar una cuadrilla de costaleros para su hermandad de San Benito. Entre los asistentes estaba el Prioste Carlos Morán, hombre de carácter serio, formal, autoritario, convincente, disciplinado, que logró la conjunción justa y necesaria para lograr el objetivo proyectado con el visto bueno de la Junta de Gobierno presidida por don José María Suárez San Miguel. El Martes Santo, 22 de marzo de 1978, el paso de Misterio de la Sagrada Presentación de Jesús al Pueblo hizo la estación de penitencia con cuadrilla propia de jóvenes costaleros bajo la dirección del capataz Carlos Morán Fernández que confió en José María Jurado y Antonio Soto la misión de ayudantes como contraguías y a Diego González Quirós como listero de la cuadrilla.

¡Arriba el Hijo de Dios!

¿Qué concepto tenía Carlos de lo que significaba ser capataz? Saberse máximo responsable de la cuadrilla; comunicativo, dialogante, mantenedor de una convivencia fraternal, una conjunción coordinada de todos los hombres de la cuadrilla, cada cual en el sitio designado. Pero, no sólo enseñó a ser costaleros, sino a ser buenas personas. Entendió y así lo manifestó públicamente la tarde-noche de un martes santo, explicando con una frase el significado teológico del paso ante el público. Pronunció con cinco palabras una exaltación de piedad popular. Miró la impresionante humildad del Señor, tocó el martillo diciendo: “Arriba el Hijo de Dios” la emoción inundó el ambiente callejero.

El día 7 de mayo de 2003 tuvo el privilegio de ser el encargado del traslado de la urna con el cuerpo incorrupto de Santa Ángela de la Cruz desde la Casa Madre hasta la Catedral. Un diario sevillano publicó lo siguiente: “La urna la portaban 14 costaleros de la Hermandad, a las órdenes del capataz del “Hijo de Dios” de San Benito, Carlos Morán”.

Recogiendo su nombramiento de Capataz Ejemplar

En un acto celebrado el día 27 de febrero de 2002, con una asistencia de más de seiscientas personas, le fue entregado el diploma del nombramiento de “Capataz Ejemplar de la Hermandad de San Benito”, colofón de las celebraciones conmemorativas del 25 aniversario de la fundación de la primera cuadrilla de hermanos costaleros.

Carlos falleció el 3 de noviembre de 2020. En el diálogo celestial, en el gran solar de la gloria, al mirar a la derecha de Dios Padre, diría: “Yo soy Carlos Morán capataz de San Benito de la ciudad de Sevilla. Te he procesionado durante 39 años participando en ello 423 costaleros, algunos están aquí para abrazarme. Te hemos elevado ante las miradas de la gente a la voz de “Arriba el Hijo de Dios”. En ese justo momento se acercaría la Madre de la Encarnación, sin lágrimas, gloriosa, a la que reverencialmente nuestro Carlos le besaría la mano.