IMÁGENES DEL MISTERIO
Las figuras que acompañan fueron realizadas por Antonio Castillo Lastrucci en el año 1928 en madera policromadas y visten ropajes de telas encoladas, dándose la particularidad de que tanto la esposa de Pilatos, Claudia Prócula, como su sirvienta forman parte de un mismo bloque escultórico.
A finales de 1940, son restauradas por el imaginero y tallista José Sanjuan Navarro, pero debido a la riada de 1948, que afectó de manera considerable a todas las figuras, es el propio Castillo el que se encarga de realizar una restauración completa.
De nuevo las aguas de la riada de 1961 daña las imágenes al anegarse el almacén situado en uno de los ojos del puente de la Calzada donde se guardaban los pasos de la Cofradía, y es su hijo Adolfo que se encarga de la restauración dada la avanzada edad del imaginero.
La última intervención se debe a Francisco Berlanga de Ávila a finales de 1983 y principio de 1984 quien dota a las imágenes de nueva policromía y excelentes estofados.
El sillón actual de Pilato, que en el año 1948 realizó Castillo Lastrucci, enriquecido por Antonio Martín en 1985, está rematado por la figura de la loba capitolina que en 1939 talló José Sanjuan Navarro.
NUESTRA SEÑORA DE LA ENCARNACIÓN GLORIOSA
Durante los más de trescientos años en que nuestra Archicofradía estuvo residiendo en el barrio de Triana, sus hermanos veneraron como titular principal a una imagen mariana de gloria bajo la advocación de María Santísima de la Encarnación.
Esta antigua imagen de gloria de la Virgen llegó hasta San Benito en Junio del año 1921. Su autoría se relaciona en torno al círculo artístico de Juan Bautista Vázquez “el Viejo”, pudiéndose datar a mediados del siglo XVI, en fecha coetánea con la de la fundación de la Hermandad
En la actualidad la Virgen viste a la usanza del resto de imágenes gloriosas de la ciudad, con saya, manto y tocado, el cual deja al descubierto una larga cabellera natural y porta en sus manos un libro, con el que se simboliza la actitud que presentaba la Virgen en el instante en que recibió la visita del Arcángel Gabriel.
SAN JUAN EVANGELISTA
Esta escultura del Apóstol y Evangelista fue adquirida por la Hermandad al imaginero Antonio Castillo Lastrucci en el año 1959.
La talla, de candelero para vestir, sigue las pautas del discípulo amado que Castillo realizara para la Hermandad del Dulce Nombre en 1924, y que a su vez se inspira en el clásico modelo creado por Juan de Mesa y Velasco en 1620 para la Hermandad del Gran Poder, aunque se le representa algo más joven que este último, pero manteniendo el típico bigote caído y perilla, siguiendo la moda imperante en tiempos de Felipe IV.
Restauraciones: José Rodríguez Rivero-Carrera (1986). Francisco Berlanga (1994). Juan Manuel Miñarro (2010).
NIÑO JESUS
Escultura donada a la Hermandad por su autor el imaginero y hermano Juan Antonio Blanco Ramos, que fue bendecida el 2 de Octubre del año 2001.
Se trata de una grácil efigie de talla completa para vestir, ejecutada en madera de cedro con una altura de 0,46 metros. Representa al divino infante de pie, en actitud itinerante, apoyando su pie derecho sobre la bola del mundo y abriendo sus brazos para entregarse al fiel, a la vez que con su mano izquierda sustenta una Cruz, símbolo de su Pasión. Se yergue sobre una nube de la que surgen seis cabezas de querubines alados, cada una de ellas con los rasgos fisonómicos de las distintas razas del mundo.