Tallado en madera de pino de Flandes por Francisco Buiza Fernández en 1966 con una altura de 1,80 m. El 6 de marzo de dicho año el cardenal Bueno Monreal bendijo la imagen, donada a la hermandad por el entonces hermano mayor Manuel Ponce Jiménez.
Representa a Cristo fijado a la Cruz por tres clavos tras su muerte y ya herido por la lanzada. Se observa relajación en sus miembros y abundante sangre en todo su cuerpo. Su cabeza se inclina hacia la derecha reclinándose sobre el pecho. El sudario o paño de pureza ciñe su cintura y se anuda al lado derecho.
Restauraciones: Juan Manuel Miñarro López en 2000.