Dolorosa de candelero para vestir, realizada su cabeza en madera de pino y su cuerpo en cedro. Se atribuye su hechura al escultor de origen valenciano Blas Molner Zamora entre los años 1780 y 1793. Ha sufrido intervenciones a lo largo de su historia que han modificado su impronta original, como la realizada en el s. XIX que modificó la inclinación de su cabeza, o la que conllevó la sustitución de sus ojos de cristal primitivos por los actuales, modelados en pasta por José Ordóñez en 1917. Inclina su cabeza a la derecha y dirige la mirada hacia abajo, apreciándose en sus mejillas cinco lágrimas de cristal. Sus manos están abiertas, portando un pañuelo en la derecha y un rosario en la izquierda.
Entre su variado ajuar procesional hay que destacar: saya de tisú blanco bordada por Leopoldo Padilla en 1959 y reformada por Santa Bárbara en 1985; saya de terciopelo azul bordada en oro por Fernández y Enríquez en 1990; la saya de tisú de plata diseñada por Sánchez de los Reyes y bordada por Manuel Solano en 2015; saya de tisú rosa bordada por Mariano Martín Santonja en 2019; manto de terciopelo burdeos bordado en oro por Fernández y Enríquez en 1989; manto de Leopoldo Padilla bordado entre 1959 y 1962, pasado a terciopelo azul y enriquecido su dibujo por Martín Santonja en 2019; toca de sobremanto en malla de oro, obra de Carrasquilla en 1980; corona de oro labrada por Fernando Marmolejo en 1971; puñal de oro obra de Manuel de los Ríos en 1993.
Restauraciones: Anónima en 1819; José Ordóñez Rodríguez en 1917; Sebastián Santos en 1948 y 1952 quien además retalla sus manos en 1953; José Rodríguez Rivero-Carrera en 1984 realizándole también un nuevo candelero; Juan Manuel Miñarro López en 2014.