Reseña nº: 3

Título: Estreno del paso de palio Ntra. Sra. de la Encarnación (1930)

Fecha: 15 de abril de 1930

Hermano Mayor: D. Enrique Fernández y García de la Villa

Director Espiritual: Rvdo. P. D. Luis Guzmán Alpresa

 

Tras la salida procesional de 1922, hubo que esperar hasta el Martes Santo 15 de abril de 1930 para volver a ver a Nuestra Señora de la Encarnación en estación de penitencia por las calles de Sevilla.

Los trabajos encaminados a conformar su paso de palio se comenzaron en 1929 y entre ellos podemos encontrar datos curiosos y relevantes en el archivo de la hermandad, como la adaptación de la parihuela, obras de orfebrería (varales, peana, llamador, etc.), faldones, e incluso la ejecución de las velas rizadas.

En cuanto a los respiraderos no consta nueva ejecución, lo que nos hace pensar en una cesión a nuestra hermandad en contraposición a la ejecución de las bambalinas que fueron encargadas al afamado bordador Juan Manuel Rodríguez Ojeda por una cantidad de 15.000 pesetas.

Cabe destacar otras novedades y curiosidades de la cofradía en aquel Martes Santo como el estreno de los respiraderos del misterio de la Sagrada Presentación, la diadema (ejecutada en 1928 por el taller de sucesores de Manuel Seco) que lució la Virgen de la Encarnación, el original tocado inspirado en el ideado para la Virgen de las Aguas o cuatro bocinas de metal plateado realizadas por Manuel Pérez Tejera.

Los horarios oficiales de la Cofradía fueron: salida a las 17,00; Cruz en la Campana a las 18:50; en la plaza de San Francisco a las 19:35; en la puerta de San Miguel a las 20:20, fuera de la Catedral a las 20:40 y entrada prevista para las 01:00 horas del Miércoles Santo.

Ese Martes Santo se produjo también un hecho anecdótico, al tener que modificarse el itinerario de la procesión debido a las obras de construcción del puente de la Calzada (con el tiempo elemento emblemático de la Cofradía) por lo que se accedió al centro de la ciudad cruzando el puente de San Bernardo.

La cofradía fue acompañada musicalmente por la Escuadra de batidores y banda de trompetas del Regimiento de Cazadores de Alfonso XII 21º de caballería en la Cruz de Guía, la Banda de cornetas y tambores de la Cruz Roja en el misterio y por la Banda de música de Tomares en el paso de palio.

El capataz para ese Martes Santo fue Antonio “el francés”, que cobró por su desempeño y el de sus hombres la cantidad de 1.200 pesetas. 

 

Referencias bibliográficas: