Agradecimiento a mis Hermanos y Hermanas

A Mis Hermanos y Hermanas:

Ayer vivimos un episodio doloroso en nuestras propias carnes, aunque tengo el corazón triste, el Señor me dá fuerza para seguir adelante y la oportunidad de vivir en primera persona como nuestros hermanos y hermanas quieren a su Hermandad.

Quiero desde estas líneas agradecer y dar un fuerte abrazo a todos mis hermanos y hermanas, especialmente a las cuadrillas de costaleros del Paso del Señor en su Sagrada Presentación, y del Stmo. Cristo de la Sangre por el enorme esfuerzo realizado, así como al apoyo y compromiso desde el principio de sus Capataces y Auxiliares; a nuestra Agrupación Musical, Banda del Stmo. Cristo de la Sangre, Acólitos, Cuerpo de Diputados, Fiscales, Mayordomos de Pasos y Mayordomo General, y por supuesto a todo el cortejo de hermanos y hermanas nazarenos, por el comportamiento que en todo momento han demostrado a tenor de los acontecimientos vividos ayer.

Debo de reconocer que viví personalmente con tristeza pero a la vez con una satisfacción inusual lo grande que es la Hermandad a la que pertenecemos y que podemos estar orgullosos del patrimonio humano que la forma, demostrando en todo momento lo que sienten por ella.

Mi agradecimiento a todos los miembros de otras corporaciones hermanas así como a sus hermanos mayores y por supuesto a los medios de comunicación por sus palabras de apoyo y consideración.

Quiero mostrar mi más querido y sincero reconocimiento a mi Junta de Gobierno, a la que considero mi segunda familia, por la difícil y valiente decisión que se tuvo que tomar, y en especial a mi Diputado Mayor de Gobierno al que desde aquí quiero demostrarle todo mi apoyo.

Informar que tanto nuestros Sagrados Titulares, como las canastillas de sus pasos se encuentran en perfecto estado sin que hayan sufrido problema alguno,  gracias a la rápida respuesta del equipo de Priostía y auxiliares como así mismo a miembros de la propia Junta de Gobierno que en todo momento han desarrollado un trabajo inmejorable y digno como no podía ser de otra forma en personas que quieren y viven por y para su hermandad.

Termino estas líneas asumiendo la responsabilidad que me compete como hermano mayor por la decisión que por unanimidad tomo mi junta de gobierno, pero debo de confesar que todo lo hice fue desde el corazón y el cariño que le profeso continuamente a la Hermandad a la que pertenezco y como no a todos sus hermanos y hermanas a los que quiero y respeto.

 

 

 

El Hermano Mayor

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